No es la belleza lo que cuesta, es la moda.

reflexiones

Desde pequeñas se nos ha repetido la frase “la belleza cuesta”. Sin darnos cuenta el poder que tienen las ideas que nos repetimos, la convertimos en una creencia firme. Pero sinceramente crees tu que la belleza cuesta? No será más bien que al creemos esa mentira nos dispongamos a gastar potencialmente en todo aquello que nos dicen que nos hará bellos? Y si es así, no te suena probable que esta frase sea fiel aliada de la industria de la belleza, para mantenernos dispuestos a pagar o hasta sufrir para “ser bellos”?

Definir o estipular parámetros de belleza es limitar la visión y percepción humana. Es ponerle límites a nuestro criterio y cuadrar nuestros sentidos. Calcular la belleza de una persona en base a la satisfacción visual que nos genera su imagen, nos convierte en jueces, soberbios y críticos. Además claro esta que el mundo de la industria nos necesita insatisfechos para que sigamos siendo activos consumidores. Por lo que la idea de belleza que nos venden está en constante cambio. basta con observar una serie de iconos de la belleza femenina de las últimas cinco décadas atrás para reafirmarnos la evolución de “belleza”; Realmente tu podrías calificar más bella a una que a otra de estas mujeres? Yo creo que no. No podríamos decir que lo de antes o lo de ahora es mejor. Son sólo ideas, creencias y parámetros que se nos han definido para denominar algo como bello y para mantener a más del 90% de las mujeres insatisfechas consigo mismas y así mantener un gran nicho de mercado.

 Y no, la moda no es mala. una vez más no se trata de moral, ni de clasificar algo como bueno o malo, Se trata de encontrar tu equilibrio, se trata de encontrar tu bienestar, se trata de liberarnos del estrés que nos genera la moda, de ver que la belleza es un don divino natural (las flores son bellas sin esfuerzo y sin soberbia, así cada ser natural lo debería de ser), de dejar de pensar que para ser bello tiene que haber dolor, de hacer a un lado la angustia que nos genera las tallas, las modas y los lineamientos estipulados de prototipos de belleza. Liberarnos de la idea de que la “belleza cuesta” disminuye el estrés emocional que generan los tarjetazos por exceso de compras para estar en las últimas tendencias, nos hace seres más seguros, más felices y por ende más atractivos.

 Los amantes del arte hacen hincapié en que “la belleza está en el ojo del observador” y esta frase nos libera de la “responsabilidad” de vernos bien para los demás, y nos compromete a vernos con ojos de belleza a nosotros mismos. Negar nuestra belleza, es negar un don natural y negar un don nunca te permitirá utilizarlo y mucho menos compartirlo.

 Créelo tú eres un ser todo incluido! No necesitas pagar mas para ser bello ni para ser feliz.fl

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